15 dic 2020

Ayuno de Adviento, Las cuatro Témporas.

 


 

               Manda la Santa Madre Iglesia que nos preparemos al Nacimiento
 del Redentor del Mundo con ayuno y oraciones especiales; así queda
 dispuesto que antes de las fiestas navideñas, preparemos el alma y 
el cuerpo para tan importante acontecimiento ayunando tres de los 
cuatro días de las Témporas.

               Las Témporas de Adviento son conocidas en la antigüedad 
eclesiástica con el nombre de "Ayuno del décimo mes"; y San León, 
en uno de los Sermones que nos ha dejado sobre este ayuno, nos 
enseña que fue elegido este tiempo para una demostración especial 
de penitencia cristiana, porque estando entonces terminada la 
recolección de los frutos de la tierra es conveniente que los cristianos 
demuestren al Señor su agradecimiento por medio de un sacrificio 
de abstinencia, haciéndose tanto más dignos de acercarse a Dios, 
cuanto mejor saben vencer el atractivo de las criaturas.

                 "...el ayuno ha sido siempre alimento de la virtud. Es la fuente 
de los castos pensamientos, de las resoluciones prudentes, de los 
saludables consejos. Por la mortificación voluntaria, muere la carne
 a los deseos de la concupiscencia, el espíritu se renueva en la 
virtud. Mas, como el ayuno no es suficiente para lograr la salud de 
nuestras almas, suplamos lo que falte, con obras de misericordia 
hacia los pobres. Concedamos a la virtud lo que quitamos al placer; 
para que la abstinencia del que ayuna, sirva al pobre de alimento."
 (Papa San León)







                                   +


               En este mes de Diciembre, los días de ayuno y abstinencia son:

     -El Miércoles de Témporas (16 de Diciembre)

     -El Viernes de Témporas ( 18 de Diciembre) 

     -El Sábado de Témporas ( 19 de Diciembre) 

               Hay que añadir como días de ayuno y abstinencia:

     -El Jueves 24 de Diciembre, Vigilia de Navidad.

     -El Jueves 31 de Diciembre, Vigilia de la Circuncisión de Nuestro Señor.



CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO
 (pío-benedictino, de 1917)

Canon 1250 

                La ley de la abstinencia prohíbe comer carne y caldo de carne, pero no 
prohíbe comer huevos, lacticinios y cualesquiera condimentos, aunque sean de
 grasa de animales.

Canon 1251

               1 La ley del ayuno prescribe que no se haga sino una sola comida al día;
 pero no prohíbe tomar algún alimento por la mañana y por la tarde, con tal 
que se observe, respecto de la cantidad y la calidad, la costumbre aprobada en 
cada lugar.

               2 Tampoco está prohibido mezclar carne y pescado en la misma comida; 
ni cambiar la colación de la noche con la comida del mediodía.

Canon 1252

                1 La ley de sola la abstinencia se ha de observar todos los viernes del año.

                2 Obliga la ley de la abstinencia con ayuno el miércoles de Ceniza,
 los viernes y sábados de Cuaresma y los tres días de las Cuatro Témporas,
 las vigilias de Pentecostés, de la Asunción de la Madre de Dios, de la fiesta 
de Todos los Santos y de la Natividad del Señor.

Canon 1253

                Estos cánones no cambiarán los indultos particulares, los votos de 
cualquier persona física o moral, las constituciones y reglas de cada religión 
o instituto aprobado, tanto de hombres como de mujeres, que lleven vida en
 común, incluso sin realizar votos).

Canon 1254

                1 Están obligados a guardar abstinencia cuantos hayan cumplido los siete
 años de edad.

                2 Obliga la ley del ayuno a todos desde que han cumplido veintiún años de
 edad hasta que hayan comenzado los sesenta.

7 dic 2020

La sentencia dada por San Pío V a los usurpadores del Papado y del Colegio de Cardenales

 


SAN PÍO V

El poco conocido y menos difundido motu proprio Inter multiplices, confirmando la Bula “Cum ex apostolatus officio” de Pablo IV 21 de diciembre de 1566

CONTRA PRELADOS QUE PERSEVERABAN OCULTAMENTE Y TAMBIÉN A VECES SIN RESERVA ALGUNA, EN SUS ANTIGUOS ERRORES CONTRA LA FE CATÓLICA

 San Pío V

Motu Proprio

INTER MULTIPLICES

PAPA SAN PÍO V


Entre las múltiples preocupaciones que agitan Nuestro espíritu, encuéntrase en primer lugar, tal como debe ser, que la Iglesia de Dios, confiada a Nos desde lo alto, una vez desalojadas y más aún exterminadas, si fuera posible, todas las herejías y las perversas doctrinas de erróneas opiniones, pueda militar confiadamente, y como una nave en mar tranquila, aplacados todos los oleajes y huracanes de las tempestades, pueda navegar sin zozobra y llegar al deseado puerto de la salvación. 

Así pues como Nosotros al tiempo que debíamos examinar muchos asuntos, en instancias menores del tribunal Santísimo de la Inquisición Romana y Universal, CONTRA LA PERVERSIDAD HERÉTICA, finalmente denunciados (ya sea en dicho Santísimo Oficio, o en otros correspondientes al ordinario de cada lugar) y procesados por los Inquisidores, a CAUSA DE SU HERÉTICA PERVERSIDAD, HABIENDO APORTADO, PARA EL EXAMEN DE LA CAUSA Y PARA SU PROPIA DEFENSA, TESTIGOS FALSOS Y GOZANDO DE LA DILUCIDACIÓN DE GENTE MUY POCO INFORMADA ACERCA DE SU VIDA Y DOCTRINA; VALIÉNDOSE ADEMÁS DE TALES TESTIMONIOS, O DE DIVERSOS OTROS MODOS ILÍCITOS, O POR DOLOSAS EXCUSACIONES CALCULADAS, O POR MALICIAS PARA ENGAÑAR A DICHO SACRO TRIBUNAL DE LA SANTA IGLESIA Y A OTROS JUECES, INCLUSO A LOS ROMANOS PONTÍFICES; y que por este engaño muchos, tenidos por inocentes, obtuvieron, o mejor dicho arrancaron: 

a)      absolutorias definitivas en los correspondientes procesos iriquisitoriales;

b)      sentencias que en vista de la precedente expurgación canónica, declaraban su vida y su doctrina conformes a la verdadera Fe Católica;

c)      o bien decretos del mismo Santísimo Oficio, o de otros Jueces ordinarios o delegados, o de los Inquisidores, y también de los mismos Romanos Pontífices, predecesores nuestros.

Algunos de esos Romanos Pontífices confirmaron tales sentencias y decretos, incluso con imposición de perpetuo silencio, con inhibición de que dicho Santo Oficio u otros inquisidores pudieran o debieran proceder en prosecución de otros pormenores; y también con avocación de las causas a la exclusiva autoridad del Romano Pontífice, bajo cuya protección se colocaban; o bien mediante derogatorias de las derogatorias y con especialísimas disposiciones, algunas muy contradictorias, o por otros decretos sin límite alguno en cuanto a las dispensas, por innumerables disposiciones con carácter de motu proprio, o de letras expedidas con el sello o anillo pontificio, incluso emanadas en consistorios o de modo consistorial. 

De donde ocurría que dichos reos investigados, bajo cobertura y tutela de tales sentencias declaratorias, y de las letras apostólicas, y sobre todo asegurados por el contexto de algunas cláusulas inhibitorias, redactadas contra los inquisidores, PERSEVERABAN OCULTAMENTE Y TAMBIÉN A VECES SIN RESERVA ALGUNA, EN SUS ANTIGUOS ERRORES CONTRA LA FE CATÓLICA, Y NUNCA VOLVÍAN REALMENTE AL SENO DE LA IGLESIA, POR EL CONTRARIO. EN SEGURO CONTACTO CON LOS DEMÁS FIELES Y APARECIENDO COMO CATÓLICOS, PUDIERON CORROMPER OTROS ESPÍRITUS, INFICIONARLOS Y ARRASTRARLOS CON FACILIDAD A SUS HERÉTICAS OPINIONES, PARA ESCÁNDALO NO PEQUEÑO Y PERJUICIO DE TODA LA CRISTIANDAD, Y PARA PERDICIÓN Y DESTRUCCIÓN DE ESAS ALMAS EXTRAVIADAS.

1.- Nosotros pues queriendo salir al paso de este escándalo tan peligroso y contagioso, disponer medidas y proveer a la salvación de esas almas, y QUITAR TODA DUDA Y DISCUSIÓN ENTRE LOS JURISPERITOS, o cualquier otro impedimento y obstáculo, por cuya causa se impidiera o retardara de cualquier modo o por cualquier instancia el ejercicio de la Santa Inquisición, respecto de la perversidad herética, de Motu Proprio y por certidumbre de nuestra propia ciencia según la plenitud de la Potestad Apostólica, en relación con:

  • en primer lugar todas y cada una o cualesquiera letras Apostólicas, bajo cualquier forma de expresión, incluso en las predichas y en cualquier otra causa de herejía;
  • las resoluciones de Motu Proprio, o también consistoriales, o emanadas de cualquier otro modo;
  • también las cartas firmadas de cada Motu Proprio, u otras cédulas, de cualquier clase, conforme a derecho y ,justicia, y que modifiquen los términos del proceso;
  • las mencionadas letras contra la fiscalización del Santo Oficio de la Iglesia, o de otros jueces ordinarios o delegados;
  • las inhibiciones, las cláusulas derogatorias de las derogatorias, o cualquier otra que abra un resquicio y que de alguna manera sean contrarias a la disposición o recurrencia del citado Santo Oficio,

REVOCÁNDOLAS PUES A TODAS ELLAS, DE MODO ABSOLUTO Y PERPETUO POR ESTA NUESTRA CONSTITUCIÓN UNIVERSAL, DE CARÁCTER PERPETUO Y QUE TENDRÁ VALIDEZ PERPETUA, A TODAS Y CADA UNA Y DE CUALQUIER TENOR, INCLUSO LAS QUE SON ABSOLUTORIAS EN CAUSAS DE PROBADA INOCENCIA; O TAMBIÉN LAS SENTENCIAS DECLARATORIAS, EN CUALQUIER REDACCIÓN QUE TUVIERAN, y supuesta una canónica dilucidación, incluso las sentencias definitivas; los decretos promulgados en favor de los mismos reos, investigados y denunciados por el antedicho Santo Oficio o por otros jueces ordinarios o delegados, o también por los mismos Romanos Pontífices; O LAS SENTENCIAS Y DECRETOS QUE HABRÁN DE SER PROMULGADOS, INCLUSO POR NOS MISMOS, O POR NUESTROS SUCESORES LOS ROMANOS PONTÍFICES EN EL CURSO DEL TIEMPO.

NOSOTROS POR NUESTRA AUTORIDAD APOSTÓLICA DECLARAMOS, DECRETAMOS, ESTABLECEMOS Y ORDENAMOS QUE NUNCA HAN TENIDO EFECTO, NI EN EL FUTURO PODRÁN TENERLO EN LA COSA JUZGADA:

  • 2.- Las mencionadas sentencias y decretos, y todas las letras apostólicas, incluidas las que son de gracia, reiteradas o emanadas, confirmadas o que habrán de serlo, por la autoridad de diversos Romanos Pontífices, junto con las mencionadas derogatorias, de cualquier tenor, incluso las cláusulas contradictorias, los decretos y las inhibiciones, y también las sanciones canónicas, con todas y cada una de sus disposiciones, antecedentes y consecuencias, como si estuvieran a la letra queremos se tengan aquí insertados de modo expreso y total, así como todas las que se opongan de cualquier manera; y por la misma autoridad apostólica queremos igualmente y mandamos que dicho Santo Oficio de la Inquisición, y los Cardenales nuetros dilectos hijos de hoy, y los que existan en cada tiempo en la Iglesia Romana, inquisidores de la perversidad herética, y encargados de ese tribunal, AHORA Y EN CUALQUIER TIEMPO, PUEDEN Y DEBEN INQUIRIR DE NUEVO Y PROCEDER CONTRA ESOS MISMOS, DENUNCIADOS O INVESTIGADOS, INCLUSO SI FUERAN OBISPOS, ARZOBISPOS, PATRIARCAS, PRIMADOS, CARDENALES DE LA S.I. ROMANALEGADOS, condes, barones, marqueses, duques, reyes y emperadores, tanto de pormenores del pasado, como de otros que se hayan agregado posteriormente, con testigos recibidos o a recibir, y con todos los demás argumentos, pruebas e indicios, según las facultades concedidas y dadas -o que en el futuro podrán serlo- a los mismos Cardenales Inquisidores, por Nos o por alguno de nuestros predecesores y Sucesores, los Romanos Pontífices o por la Sede Apostólica, en todo y por todo, tal como si las mencionadas sentencias, decretos y letras apostólicas y las dilucidaciones canónicas no hubiesen conferido ningún beneficio a tales reos denunciados e investigados, incluso obispos, arzobispos, patriarcas, primados, Cardenales, Legados, condes, barones, marqueses, duques, reyes y emperadores, SOBRE TODO SI HAN APARECIDO NUEVOS INDICIOS DE LA MISMA O DE OTRA ESPECIE DE HEREJÍA, incluso en relación con épocas pasadas, o cuando resultase por indicios de otra naturaleza, que ese mismo reo, denunciado e investigado, hubiera sido absuelto de algún modo ilícito. Concedemos además a los mismos Cardenales Inquisidores y al ya mencionado Santísimo Oficio de la Inquisición, encargados ahora y en el tiempo que sea, la facultad, potestad y autoridad plena, libre, amplia y omnímoda de rever tales causas, sin excluir las que hubiesen sido decididas según la autoridad del Concilio Ecuménico Universal Tridentino, y de reasumirlas en el estado y términos en que se encontraban antes de las mencionadas sentencias y decretos, e incluso antes de las dilucidaciones canónicas, y de llevarlas a término según el fin debido, tal como acontece en las demás causas pendientes, todavía sin decisión alguna, con intervención de esosmismos Cardenales Inquisidores, según las facultades propias, y tal como puede y es costumbre que así se proceda.

3.- Y ADEMÁS SIGUIENDO LAS HUELLAS DE NUESTRO PREDECESOR, EL PAPA PAULO IV, DE FELIZ RECORDACIÓN, RENOVAMOS CON EL TENOR DE LAS PRESENTES, LA CONSTITUCI6N CONTRA LOS HERÉTICOS Y CISMÁTICOS, PROMULGADA POR EL MISMO PONTÍFICE, EL 15 DE FEBRERO DE 1559, AÑO IV DE SU PONTIFICADO, Y LA CONFIRMAMOS DE MODO INVIOLABLE, Y QUEREMOS Y MANDAMOS QUE SEA OBSERVADA ESCRUPULOSAMENTE, SEGÚN SU CONTEXTO Y SUS DISPOSICIONES.

(Las restantes cláusulas 4–9, de este motu proprio contienen disposiciones de procedimiento canónico, o resoluciones derogatorias, o establecen la validez de las copias del texto, exhibición o publicación de las mismas, etc.)

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 12º anterior a las kalendas de enero, año I de nuestro pontificado. (21 de diciembre de 1566).-

1 dic 2020

DIRECTIVAS DEL GRAN MAESTRO DE LA MASONERÍA A LOS OBISPOS CATÓLICOS MASONES

 DIRECTIVAS DEL GRAN MAESTRO DE LA MASONERÍA A LOS OBISPOS CATÓLICOS MASONES

Sac. Doctor Luigi Villa 

Padre Enrique de Ossó





Achille Liénart. Gran Maestro masón de alto grado. Obispo de Lille, Francia. Encargado de reclutar nuevos masones. Fue el jefe de las fuerzas “progresistas” en el Concilio Vaticano II


Directivas del Gran Maestro de la masonería a los Obispos masones: puestas en práctica desde 1962 (aggiornamento del Vaticano II), reelaboradas en 1993 como proyecto progresivo para la fase final. Todos los masones infiltrados en la Iglesia católica deben acogerlas y realizarlas. (Estas directivas han sido publicadas en el libro de Don Luis Villa: “la Masonería y la Iglesia Católica”. Editorial Civiltá, 2008, pp.16-24).


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1- Destronad definitivamente cada imagen de la Iglesia, comenzando por la de San Miguel Arcángel, Patrón de la Iglesia Católica, afirmando que distraen de la adoración de Cristo.


2 - Suprimid los ejercicios penitenciales de Cuaresma, como la abstinencia de carne de los viernes, así como la práctica del ayuno. Impedid los actos de mortificación, que deben ser reemplazados por actos de alegría, de felicidad y de “amor al prójimo”. Decid que los méritos de Cristo son suficientes haciendo que los esfuerzos humanos sean peligrosos, pues pueden interpretarse como falta de fe en Dios. Predicad que debemos tomar en serio la preocupación por nuestra salud estimulando el consumo de carne, especialmente la de cerdo.


3 - Encargad a los pastores protestantes reexaminar la Misa y de desconsagrarla. Sembrad dudas sobre la Presencia Real en la Eucaristía y confirmad con mayor cercanía a las tesis protestantes, que sólo se trata de pan y vino bendecidos, y en cuanto tales, debe entenderse como puro símbolo. Diseminad las más implacables dudas de protestantes liberales progresistas en los seminarios y en las escuelas. Fomentad el ecumenismo como camino hacia la amistad. Acusad de desobediencia a aquellos que continúen creyendo, tradicionalmente, en la Presencia Real.


4 - Prohibid, de hecho, haciendo creer que lo es también de derecho, la liturgia latina clásica (el llamado rito “Tridentino”), con todas sus derivaciones de adoración y cánticos, ya que transmiten un sentido de misterio y de deferencia. Presentadles como ligados a la imaginación. Los hombres dejarán de estimar a los sacerdotes personas de inelegancia y cultura superior, de respetarlos como portadores de los divinos misterios.


5 - Estimulad a las mujeres a no cubrirse la cabeza con el velo; en la iglesia, los cabellos son “sexy”. Imponed a las mujeres como lectoras, y presentad como necesidad democrática que se conviertan en sacerdotisas. Fundad movimientos para la liberación de la mujer: Impulsadlas para que entren en la iglesia con vestidos desaliñados, para que se sientan como en su casa. Esto disminuirá la importancia de la Misa.


6 - Convenced a los fieles de no recibir la Comunión de rodillas. Decid a las monjas que deben prohibir a los niños de mantener las manos juntas, antes y después de la Comunión, diciéndoles que Jesús los ama tal como son, y los quiere ver siempre cómodos. Eliminad las genuflexiones en la iglesia y el quedar de rodillas. Retirad los reclinatorios. Decid a la gente que deben testimoniar la propia fe actuando a su manera, o a lo máximo, en posición erguida.


7 - Eliminad la música sacra, en particular el órgano. Introducid la guitarra, arpa judía, tambores, pataleo (hacer ruido con los pies!) o “sagradas” risotadas en la iglesia. Esto distraerá a la gente de la oración personal y de las conversaciones con Jesús. Negad a Jesús el tiempo de llamar a los niños a la vida religiosa. Ejecutad, alrededor del Altar, danzas litúrgicas con vestimentas excitantes y, teatros y conciertos.


8 - Quitad el carácter sagrado a los cantos a la Madre de Dios y a San José. Enseñad que estas veneraciones son idolatría. Ridiculizad a los que persisten. Introducid cantos protestantes modernos. Esto dará la impresión que el protestantismo liberal-progresista es la verdadera religión, o al menos que es igual al Catolicismo.


9 - Eliminad todos los himnos: aún aquellos a Jesús que hacen pensar en la serenidad que deriva de la vida de mortificación y de penitencia por Dios, ya desde la infancia. Introducid cantos nuevos como para convencer a la gente que los precedentes eran falsos. Aseguraos que en cada Misa se cante aunque sea un canto en el cual no se mencione a Jesús y que en su lugar se hable del amor entre los hombres. La juventud se entusiasmará al sentir hablar de amor por el prójimo. Predicad el amor, la tolerancia y la unidad. Que no se mencionen a Jesús, prohibid cada anuncio de la Eucaristía.


10 - Volviendo a lo que he dicho en el punto 1, no os limitéis a sacar las imágenes de la iglesia. Retirad todas las reliquias de los altares y, seguidamente, los altares mismos. Sustituidlas con mesas paganas, no consagradas, que puedan ser usadas para sacrificios humanos en el curso de ceremonias satánicas. Eliminad las leyes canónicas que obligan a celebrar únicamente en altares conteniendo reliquias.


11 - Interrumpid la práctica de celebrar Misa, en dirección del tabernáculo. No admitáis ningún tabernáculo sobre altares que son usados para la celebración de la Misa. La mesa debe tener el aspecto de una mesa de cocina. Debe ser trasportable para mostrar que no es para nada sagrada, sino que debe servir para muchos usos, como por ejemplo, para conferencias. Más aún, colocad al menos una silla a tal mesa. El sacerdote debe tomar lugar para indicar que, después de la Comunión él descansa como después de haber comido. El sacerdote nunca debe hacer genuflexiones ni permanecer arrodillado. En las comidas, en efecto, uno nunca se arrodilla. La silla del cura debe estar colocada en el lugar que pertenece al tabernáculo. Estimulad a los fieles a que tengan hacia el sacerdote los sentimientos de veneración y adoración que deberían tener hacia la Eucaristía, y a que, como “buena cosa y justa”, le obedezcan como si fuese Jesús en persona. Colocad el Tabernáculo en otro lugar, fuera de la vista.


12 - Haced desaparecer los santos del calendario. Prohibid a los sacerdotes predicar sobre los santos, salvo sobre aquellos citados en la Biblia. Explicad que esto es en consideración a los protestantes que eventualmente pudieran estar presentes en la iglesia. Evitad todo aquello que pueda molestar a los mismos.


13 – En la lectura del Evangelio omitir la palabra “Santo”. Por ejemplo: en vez de “Evangelio según San Juan”, decid “Evangelio según Juan”. Esto inducirá a no venerarlo más. Escribid continuamente nuevas traducciones de la Biblia, que no serán peores de las usadas por los protestantes. Omitid el adjetivo “SANTO” en la expresión “Espíritu Santo”. Esto abrirá el camino. Evidenciad la naturaleza “femenina” de Dios”, como una madre llena de ternura. Eliminad el uso del término “Padre”.


14 - Haced desaparecer todos los devocionarios y libros de piedad personales y destruidlos. En consecuencia desaparecerán también las letanías del Sagrado Corazón, las de la Madona, las de San José y las preparaciones a la Comunión, así como el agradecimiento de la post comunión.


15. Haced desaparecer también las imágenes de los ángeles. ¿Por qué tener en nuestro camino las representaciones de nuestros enemigos? Para las buenas noches contad mitos o historietas.


16. Suprimid el exorcismo menor para expulsar los demonios. Empeñaros en esto, afirmando que los diablos no existen, explicad que son sólo un artificio literario para definir el mal, visto que, sin un adversario, las historias no son interesantes. En consecuencia la gente dejará de creer en el infierno, o deducirá que no podrán caer nunca en él. Finalmente, si se les repite que más que nada consiste en la lejanía de Dios, pensarán, que si existe, la vida allí debe ser parecida a la de la tierra.


17. Enseñad que Jesús era solamente hombre, que tenía hermanos y hermanas y que odiaba a los potentados. Explicad  que amaba la compañía de las prostitutas y que no sabía qué hacer de las iglesias y sinagogas. Decid que en su vida equivocada, invitó a desobedecer al clero. Definidlo a menudo como un “Gran Maestro”. En el discurso no consideréis la victoria sobre la cruz, por el contrario, presentadla como un fracaso.      


18. Recordad que podéis inducir a las religiosas a traicionar su vocación estimulando su vanidad con el halago de su atractivo y belleza, lo que naturalmente las llevará a cambiar sus hábitos arrojando los rosarios. Revelad al mundo que en sus conventos hay conflictos y disidencias. Esto disminuirá las vocaciones. Decidles que no serán aceptadas si no renuncian a los hábitos. Entre los fieles, desacreditad las vestimentas eclesiásticas.


19. Quemad todos los catecismos. Decid a los catequistas que enseñen que el mejor modo de amar a Dios es amarlo en sus criaturas. Amarlo abiertamente es testimonio de madurez. Haced que el término “sexo” se vuelva una palabra de uso diario y corriente en las clases y en los cursos de religión. Haced del sexo una nueva religión. Introducid en las lecciones de religión imágenes sexuales, crudas y explícitas, con el fin de enseñar a los pequeños la realidad. Estimulad a las escuelas para que estén siempre atentas en todo lo relativo a la educación sexual. Introducid tal materia sirviéndoos de vuestra autoridad episcopal. Así los padres no se opondrán y los pocos que lo hagan pasarán por excéntricos y/o rebeldes.


20. Sofocad las escuelas católicas, impidiendo las vocaciones religiosas femeninas. Decid a las Religiosas que son trabajadoras sociales mal pagadas y que la Iglesia está en camino de eliminarlas. Insistid en que los educadores laicos de escuelas católicas deben recibir los mismos sueldos que los de las escuelas públicas. Emplead maestros no católicos y/o en pecado mortal público. Los sacerdotes deben recibir igual remuneración que la que reciben el resto de los profesores. Todos los sacerdotes deben abandonar las sotanas, de manera a ser aceptados por todos. Ridiculizad a aquellos que las sigan usando.


21- Aniquilad el papado destruyendo su Universidad. Desvinculadla del Vaticano, diciendo que de esta manera podrá ser subsidiada por el gobierno. Para promover el ecumenismo, sustituid los nombres religiosos de los institutos por nombres profanos. Por ejemplo, en vez de Escuela “Inmaculada Concepción” decid: “Nueva Escuela Superior”. Cread en todas las diócesis, órganos de ecumenismo y aseguraos de que estén controlados por protestantes. Anunciad que la autoridad competente la constituyen los Obispos locales, y explicad a la gente que las enseñanzas papales son sólo temas de conversación, que lo que cuenta en realidad, es el magisterio de las conferencias episcopales.


22 – Combatid la autoridad papal, poniendo límites de edad a su ejercicio. Reducidla poco a poco, explicando que se trata de preservarlo del exceso de trabajo.


23 – Sed audaces. Debilitad el papado, reforzando cada vez más las Conferencias Episcopales e introduciendo Sínodos permanentes. Tomad como modelo de referencia la situación inglesa, donde el monarca reina pero no gobierna, y hasta obedecen a las Cámaras. Seguidamente, reproducid la misma situación a nivel de las diócesis y de las parroquias. De este modo, se originará tal confusión y un tal odio que los cardenales abandonarán la iglesia enseguida; y la iglesia, entonces, será democrática. Surgirá la “Iglesia Nueva”.


24 – Reducid las vocaciones sacerdotales. Haced que los laicos pierdan todo temor reverencial por esto. El escándalo público de un sacerdote desbaratará innumerables vocaciones. Alabad públicamente a los sacerdotes que, por amor a una mujer, han sabido abandonar todo, definiéndolo como a un héroe. Honrad a los sacerdotes reducidos al estado laical, como a auténticos mártires oprimidos. Condenad como escándalo deban darse a conocer y publicarse los nombres de nuestros compañeros sacerdotes masones. Sed tolerantes con la homosexualidad del clero. Decid como burlándoos que los sacerdotes sufren de soledad.


25 – A causa de la escasez del clero, empezad a cerrar iglesias. Elogiad tal práctica como medida económica. Explicad que Dios escucha los rezos en todas partes. La gente recriminará a las iglesias por extravagantes despilfarros de dinero. Cerrad, antes que nada, aquellas en las que se practica la piedad tradicional.


26 – Utilizad Comisiones de laicos y sacerdotes débiles en la fe para hacer condenar cada aparición de María y cada aparente milagro. Servíos de nuestros colegas, hábiles en las artes ocultas o en estafar, para organizar falsos milagros. Señalad a todos los videntes, verdaderos o falsos, como desobedientes a la autoridad eclesiástica.


27 – Elegid un antipapa. Afirmad que él unirá a protestantes y a hebreos a la Iglesia. Si se diera derecho de voto a los obispos, podría ser elegido un antipapa. Entonces, serían electos muchos antipapas. Eventualmente, se instalará uno de compromiso.


28 – Suprimid la confesión antes de la Comunión, a los escolares del segundo y tercer año. Así, creciendo, estarán acostumbrados a no practicarla. La confesión desaparecerá. Introducid la confesión comunitaria silenciosa con la absolución en grupo. Explicad que esto se hace por la falta de sacerdotes.


29 – Haced distribuir la Comunión a mujeres y laicos. Comenzad dando la comunión en la mano como lo hacen los protestantes. Explicad que Cristo lo hacía de la misma manera. Recoged hostias onsagradas para las “misas negras” en nuestros templos. En lugar de la Comunión personal, dad copones de hostias no consagradas para llevarlas consigo a la casa. Colocad distribuidores automáticos de hostias para las comuniones. Haced que las personas en la iglesia se desplacen para cambiar signos de paz y que no hagan el signo de la cruz.


30 – LUEGO DE LA INSTALACIÓN DEL ANTIPAPA, DISOLVED LAS ASAMBLEAS EPISCOPALES DIOCESANAS Y PARROQUIALES. Prohibid que se cuestionen estas disposiciones. Acusad de desobediencia a todos aquellos que lo hagan.


31 – CONFERID AL ANTIPAPA EL MÁXIMO PODER DE ELEGIR SUS PROPIOS SUCESORES. Ordenad a todos llevar el “signo de la Bestia” (que obviamente, no llamaréis así), bajo amenaza de excomunión, y de denunciarlos al “Brazo secular” tan pronto como sea posible. . El signo de la Cruz no debe ser transmitido ni hecho sobre las personas. No hay que bendecir más. Hacer el signo de la cruz debe ser considerado un acto nefasto de idolatría y desobediencia.


32 – Declarad que todos los dogmas, salvo la infalibilidad papal, son de libre opinión. Proclamad que Jesucristo ha sido un revolucionario fracasado. Anunciad que el verdadero Cristo llegará pronto, y que hasta ese momento solo debe ser obedecido el Antipapa.


33 – Ordenad a todos los súbditos del papa combatir una guerra santa contra todos los integralismos y para extender la única religión mundial. Conquistad sin piedad el mundo. Todo esto traerá a la humanidad cuanto ha anhelado ardientemente: “la edad de oro de la paz”.


http://www.catolicosalerta.com.ar/chiesa-viva/483directivas-a-obispos.pdf

29 nov 2020

EXORCISMO DE LEÓN XIII COMPLETO

 

 Al final esta en  latín


EXORCISMO CONTRA SATANÁS Y LOS ÁNGELES REBELDES

 

Publicado por orden de Su Santidad León XIII

 

 


 

 

 

Primero debe rezarse, como todos los días el Rosario de la Virgen y después el Exorcismo del Papa León XIII. ¡Todos los días! 

 

 


 

 

San Miguel nos dice lo siguiente:

 

  Hermanos: Cada vez que oréis con mi exorcismo, llamadme primero tres veces, con mi grito de combate:

 

"¡Quién es como Dios!

Nadie es como Dios”

 

 

 

 

 El Exorcismo de León XIII

 

 

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

 

Salmo 67.

Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.

 

 

Salmo 34.

Señor, pelea contra los que me atacan; combate a los que luchan contra mí. Sufran una derrota y queden avergonzados los que me persiguen a muerte. Vuelvan la espalda llenos de oprobio los que maquinan mi perdición. Sean como polvo frente al viento cuando el Ángel del Señor los desbarate. Sea su camino oscuro y resbaladizo, cuando el Ángel del Señor los persiga.

Porque sin motivo me tendieron redes de muerte, sin razón me abrieron trampas mortales.

Que les sorprenda un desastre imprevisto, que los enrede la red que para mí escondieron; que caigan en la misma trampa que me abrieron. Mi alma se alegra con el Señor y gozará de su salvación. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

Súplica a San Miguel Arcángel.

 

Gloriosísimo príncipe de la milicia celestial, Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha que mantenemos combatiendo “contra los principados y potestades, contra los caudillos de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos esparcidos por los aires” (Ef. 6, 12). Ven en auxilio de los hombres que Dios creó incorruptibles a su imagen y semejanza (Sap. 2, 23), y a tan “alto precio rescatados” (I Cor. 6, 20) de la tiranía del demonio. Con las huestes de los ángeles buenos pelea hoy los combates del Señor, como antaño luchaste contra Lucifer, corifeo de la soberbia y contra sus ángeles apóstatas. Ellos no pudieron vencer, y perdieron su lugar en el Cielo. “Fue precipitado el gran dragón, la antigua serpiente el denominado diablo y Satanás, el seductor del universo: fue precipitado a la tierra y con él fueron arrojados sus ángeles” (Apoc. 12,.8-9).

 

He aquí que el antiguo enemigo y homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia; el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.

 

Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que le atacan y dale la victoria.

 

La Iglesia te venera como su guardián y patrono, se gloría que eres su defensor contra los poderes nocivos terrenales e infernales; Dios te confió las almas de los redimidos para colocarlos en el estado de la suprema felicidad. Ruega al Dios de la paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies, para que ya no pueda retener cautivos a los hombres y dañar a tu Iglesia. Ofrece nuestras oraciones al Altísimo, para que cuanto antes desciendan sobre nosotros las misericordias del Señor (Salmo 78, 8), y sujeta al dragón, la antigua serpiente, que es el diablo y Satanás, y, una vez encadenado, precipítalo en el abismo, para que nunca jamás pueda seducir a las naciones (Apoc. 20). 

 

Después de esto, confiados en tu protección y patrocinio, con la sagrada autoridad de la Santa Madre Iglesia, nos disponemos a rechazar la peste de los fraudes diabólicos, confiados y seguros en el Nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor.

 

V.He aquí la Cruz del Señor,

 R. huid poderes enemigos. 


V.Ha vencido el León de la tribu de Judá,

R. la raíz de David.


V.Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.

R. Como lo esperamos de Ti.


V.Señor, escucha nuestra oración.

R. Y llegue a Ti nuestro clamor.


 

Oremos.

Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu santo Nombre y suplicantes imploramos tu clemencia, para que, por la intercesión de la Inmaculada siempre Virgen María Madre de Dios, del Arcángel San Miguel, de San José Esposo de la Santísima Virgen, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de todos los Santos, te dignes prestarnos tu auxilio contra Satanás y todos los demás espíritus inmundos que vagan por el mundo para dañar al género humano y para la perdición de las almas. Amén.

 

Exorcismo: Te exorcizamos todo espíritu maligno, poder satánico, ataque del infernal adversario, legión, concentración y secta diabólica, en el nombre y virtud de Nuestro Señor Jesucristo, para que salgas y huyas de la Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa Sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios, zarandear a los elegidos y cribarlos como el trigo. Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte, “el cual quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (II Tim. 2). Te lo manda Dios Padre  te lo manda Dios Hijo; te lo manda Dios Espíritu Santo. Te lo manda la majestad de Cristo, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, “se humilló a sí mismo hecho obediente hasta la muerte” (Fil. 2); el cual edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló que los “poderes del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo había de permanecer con ella todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mat. 28, 20). Te lo manda el santo signo de la Cruz y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza.

 

Te lo manda la fe de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de los demás Apóstoles. Te lo manda la sangre de los mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y Santas. Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te conjuramos por Dios vivo, por Dios verdadero, por Dios  santo, que “de tal modo amó al mundo que entregó a su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que viva la vida eterna” (Juan 3); cesa de engañar a las criaturas humanas y deja de suministrarles el veneno de la eterna perdición; deja de dañar a la Iglesia y de poner trabas a su libertad. Huye Satanás, inventor y maestro de toda falacia, enemigo de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, en quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede ante la Iglesia una, santa, católica y apostólica, la que el mismo Cristo adquirió con su Sangre. Humíllate bajo la poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por nosotros el santo y terrible Nombre de Jesús, ante el que se estremecen los infiernos, a quien están sometidas las Virtudes de los cielos, las Potestades y las Dominaciones; a quien los Querubines y Serafines alaban con incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los Ejércitos.

 

V.Señor, escucha mi oración.

 R. Y llegue a Ti mi clamor.


 

Oremos. Dios del Cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles, Dios de los Arcángeles, Dios de los Patriarcas, Dios de los Profetas, Dios de los Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las Vírgenes, Dios que tienes el poder de dar la vida después de la muerte, el descanso después del trabajo, porque no hay otro Dios fuera de Ti, ni puede haber otros sino Tú mismo, Creador de todo lo visible y lo invisible, cuyo reino no tendrá fin: humildemente te suplicamos que tu gloriosa Majestad se digne libramos eficazmente y guardamos sanos de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus infernales. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

 

V. De las asechanzas del demonio.

R. Líbranos, Señor.


V. Haz que tu Iglesia te sirva con segura libertad.

R. Te rogamos, óyenos.


V. Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.

R. Te rogamos, óyenos.

 


Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).

 

Padre nuestro….

Y ahora rezar la siguiente oración:

 

PODEROSA INVOCACIÓN PARA PEDIR PROTECCIÓN

 

¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!

¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Tu Sangre Preciosa! Misericordioso Jesucristo Agonizante, derrama Tu Sangre Preciosa sobre las almas. Satisface nuestra sed, y vence al enemigo. Amén.


Poderosa Sangre de Salvación, combate al enemigo. (3 veces).

 

 

Y finalmente:

 

 

ORACIÓN DE COMBATE A SAN MIGUEL


Se llama primero a San Miguel, pidiéndole permiso al Padre celestial con el rezo de un Padrenuestro. Luego se dice la oración que se enseñó para estos tiempos:


San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: "Quién como Dios, nadie es como Dios", someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies. Amén.

 




EN LATÍN 

EXORCISMUS IN SATANAM ET ANGELOS 
APOSTATICOS

Jussu Leonis Pp. XIII editus
Acta Sanctae Sedis vol. XXIII
Sequens exorcismus recitari potest ab Episcopis, nec non a Sacerdotibus, qui ab 
Ordinariis suis ad id auctoritatem habeant.

In nomine Patris, et Filii, + et Spiritus Sancti et Virgo María. Amen.
Ps. LXVII.
Exsurgat Deus et dissipentur inimici ejus: et fugiant qui oderunt eum a facie ejus. Sicut deficit fumus, deficiant: sicut fluit cera a facie ignis, sic pereant peccatores a facie Dei.
Ps. XXXIV.

Judica, Domine, nocentes me: expugna impugnantes me.
Confundantur et revereantur quaerentes animam meam.
Avertantur retrorsum et confundantur cogitantes mihi mala.
Fiat tamquam pulvis ante faciem venti: et angelus Domini coarctans eos.
Fiat viae illorum tenebrae, et lubricum: et angelus Domini persequens eos.
Quoniam gratis absconderunt mihi interitum laquei sui: supervacue exprobraverunt
animam meam.

Veniat illi laqueus quem ignorat; et captio quam anscondit, apprehendat eum: et in laqueum cadat in ipsum.

Anima autem meam exsultabit in Domino: et delectabitur super salutari suo.


Ad Sanctum Michaëlem Archangelum. Precatio.
Princeps gloriosissime cælestis militiæ, sancte Michaël Archangele, defende nos in prælio et colluctatione, quæ nobis adversus principes et potestates, adversus mundi rectores tenebrarum harum, contra spiritualia nequitiæ, in cælestibusus. Veni in auxilium hominum, quos Deus creavit inexterminabiles, et ad imaginem similitudinis suæ fecit, et a tyrannide diaboli emit pretio magno. Præliare hodie cum beatorum Angelorum exercitu prælia Domini, sicut pugnasti contra ducem superbiæ luciferum, et angelos ejus apostaticos: et non valuerunt, neque locus inventus est eorum amplius in coelo. Sed projectus est draco ille magnus, serpens antiquus, qui vocatur diabolus et satanas, qui seducit universum orbem; et projectus est in terram, et angeli ejus cum illo missi sunt.
En antiquus inimicus et homicida vehementer erectus est. Transfiguratus in angelum lucis, cum tota malignorum spirituum caterva late circuit et invadit terram, ut in ea deleat nomen Dei et Christi ejus, animasque ad æternæ gloriæ coronam destinatas furetur, mactet ac perdat in sempiternum interitum. Virus nequitiæ suæ, tamquam flumen immundissimum, draco maleficus transfundit in homines depravatos mente et corruptos corde; spiritum mendacii, impietatis et blasphemiæ; halitumque mortiferum luxuriæ, vitiorum omnium et iniquitatum.
[Ecclesiam, Agni immaculati sponsam, faverrimi hostes repleverunt amaritudinibus, inebriarunt absinthio; ad omnia desiderabilia ejus impias miserunt manus. Ubi sedes beatissimi Petri et Cathedra veritatis ad lucem gentium constituta est, ibi thronum posuerunt abominationis et impietatis suæ; ut percusso Pastore, et gregem disperdere valeant.]
Adesto itaque, Dux invictissime, populo Dei contra irrumpentes spirituales nequitias, et fac victoriam. Te custodem et patronum sancta veneratur Ecclesia; te gloriatur defensore adversus terrestrium et infernorum nefarias potestates; tibi tradidit Dominus animas redemptorum in superna felicitate locandas. Deprecare Deum pacis, ut conterat satanam sub pedibus nostris, ne ultra valeat captivos tenere homines, et Ecclesiæ nocere. Offer nostras preces in conspectu Altissimi, ut cito anticipent nos misericordiæ Domini, et apprehendas draconem, serpentem antiquum, qui est diabolus et satanas, ac ligatum mittas in abyssum, ut non seducat amplius gentes. Hinc tuo confisi præsidio ac tutela, sacri ministerii nostri auctoritate [si fuerit laicus, vel clericus qui ordinem exorcistatus nondum suscepit, dicat: sacra sanctae Matris Ecclesiae auctoritate], ad infestationes diabolicæ fraudis repellendas in nomine Jesu Christi Dei et Domini nostri
fidentes et securi aggredimur.


V. Ecce Crucem Domini, fugite partes adversæ.
R. Vicit Leo de tribu Juda, radix David.
V. Fiat misericordia tua, Domine, super nos.
R. Quemadmodum speravimus in te.
V. Domine, exaudi orationem meam.
R. Et clamor meus ad te veniat.
[si fuerit saltem diaconus subjungat 
V. Dominus vobiscum. 
R. Et cum spiritu tuo.]

Oremus
Deus, et Pater Domini nostri Jesu Christi, invocamus nomen sanctum tuum, et clementiam tuam supplices exposcimus ut, per intercessionem immaculatæ semper Virginis Dei Genitricis Mariæ, beati Michaëlis Archangeli, beati Joseph ejusdem beatæ Virginis Sponsi, beatorum Apostolorum Petri et Pauli et omnium Sanctorum, adversus satanam, omnesque alios immundos spiritus, qui ad nocendum humano generi animasque perdendas pervagantur in mundo, nobis auxilium præstare digneris. Per eumdem Christum Dominum nostrum. Amen.

EXORCISMVS
Exorcizamus te, omnis immundus spiritus, omnis satanica potestas, omnis incursio infernalis adversarii, omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica, in nomine et virtute Domini Nostri Jesu 
+ Christi, eradicare et effugare a Dei Ecclesia, ab animabus ad imaginem Dei conditis ac pretioso divini Agni sanguine redemptis + . Non ultra audeas, serpens callidissime, decipere humanum genus, Dei Ecclesiam persequi, ac Dei electos excutere et cribrare sicut triticum + . Imperat tibi Deus altissimus + , cui in magna tua superbia te similem haberi adhuc præsumis; qui omnes homines vult salvos fieri et ad agnitionem veritaris venire. Imperat tibi Deus Pater + ; imperat tibi Deus Filius + ; imperat tibi Deus Spiritus Sanctus + . Imperat tibi majestas Christi, æternum Dei Verbum, caro factum + , qui pro salute generis nostri tua invidia perditi, humiliavit semetipsum facfus hobediens usque ad mortem; qui Ecclesiam suam ædificavit supra firmam petram, et portas inferi adversus eam nunquam esse prævalituras edixit, cum ea ipse permansurus omnibus diebus usque ad consummationem sæculi. Imperat tibi sacramentum Crucis , omniumque christianæ fidei Mysteriorum virtus . Imperat tibi excelsa Dei Genitrix Virgo Maria + , quæ superbissimum caput tuum a primo instanti immaculatæ suæ conceptionis in sua humilitate contrivit. Imperat tibi fides sanctorum Apostolorum Petri et Pauli, et ceterorum Apostolorum + . Imperat tibi Martyrum sanguis, ac pia Sanctorum et Sanctarum omnium intercessio .
Ergo, draco maledicte et omnis legio diabolica, adjuramus te per Deum + vivum, per Deum verum, per Deum + sanctum, per Deum qui sic dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret, ut omnes qui credit in eum non pereat, sed habeat vitam æternam: cessa decipere humanas creaturas, eisque æternæ perditionìs venenum propinare: desine Ecclesiæ nocere, et ejus libertati laqueos injicere. Vade, satana, inventor et magister omnis fallaciæ, hostis humanæ salutis. Da locum Christo, in quo nihil invenisti de operibus tuis; da locum Ecclesiæ uni, sanctæ, catholicæ, et apostolicæ, quam Christus ipse acquisivit sanguine suo. Humiliare sub potenti manu Dei; contremisce et effuge, invocato a nobis sancto et terribili nomine Jesu, quem inferi tremunt, cui Virtutes cælorum et Potestates et Dominationes subjectæ sunt; quem Cherubim et Seraphim indefessis vocibus laudant, dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth.

V. Domine, exaudi orationem meam.
R. Et clamor meus ad te veniat.
[
si fuerit saltem diaconus subjungat 
V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.]

Oremus.
Deus coeli, Deus terræ, Deus Angelorum, Deus Archangelorum, Deus Patriarcharum, Deus Prophetarum, Deus Apostolorum, Deus Martyrum, Deus Confessorum, Deus Virginum, Deus qui potestatem habes donare vitam post mortem, requiem post laborem; quia non est Deus præter te, nec esse potest nisi tu creator omnium visibilium et invisibilium, cujus regni non erit finis: humiliter majestati gloriæ tuæ supplicamus, ut ab omni infernalium spirituum potestate, laqueo, deceptione et nequitia nos potenter liberare, et incolumes custodire digneris. Per Christum Dominum nostrum. Amen.
Ab insidiis diaboli, libera nos, Domine.
Ut Ecclesiam tuam secura tibi facias libertate servire, te rogamus, audi nos.
Ut inimicos sanctæ Ecclesiæ humiliare digneris, te rogamus audi nos.

(Et aspergatur locus aqua benedicta)