DEVOCIÓN
A
SAN JOSÉ
"Nunca pedí nada a San José, sin haber sido oída" (Santa Teresíta) Fuera de Jesús y de su Madre Santísima, ¿qué abogado hallaremos más poderoso para con Dios, que el glorioso patriarca San José? El Padre Eterno le confió su Hijo amantísimo; el Hijo de Dios lo adoptó por padre y tutor de su Humanidad sacrosanta; el Espíritu Santo le entregó su amantísima Esposa; Jesús y María Santísima, después de haberlo honrado y obedecido treinta años consecutivos asistieron a su muerte preciosa. ¡Qué motivos estos tan poderosos para profesarle una cordial devoción! ¿Queréis, pues, almas cristianas, adelantar en la virtud y alcanzar una santa muerte? Tomad por guía en la vida y por protector en el terrible trance de la muerte. al glorioso San José. Consagradle el mes de marzo y los miércoles de cada semana, rezando aquellos días un Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri, en honor de sus principales dolores y gozos. ORACIÓN A SAN JOSÉ DEL PAPA LEÓN XIII Prescrita por el Papa León XIII para después del rezo público del Rosario durante el mes de octubre(1), A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado San José, y después de implorar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio. Por el afecto que os unió la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que con su que Jesucristo conquistó con su Sangre y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades. Proteged, oh prudentísimo Custodio de la Sagrada Familia, el linaje escogido de Jesucristo; preservadnos Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción, sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas. Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos (internos y externos) y contra toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio; a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos por vuestro auxilio, podamos vivir santamente, morir piadosamente y obtener la felicidad eterna del Cielo. Amén.
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TOMADO DE: Sitio dedicado sl Santo sacrificio de la Misa
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