Recomendamos, junto a Videoteca Reduco, la película “El rito”. Es algo raro -proveniente de Hollywood-, es verdad pero a pesar de sus falencias (algunas teológicas), podemos decir que es una película recomendable.
El rito.
TRAILER OFICIAL
Dijo la Prensa liberal, zurda y anticatólica del Sistema:
Página/12 (“Fábula del exorcista que pecaba de aburrido”, “crítico” Horacio Bernades)
“En lugar de ser la estrella de la película, en El rito el Mal parece interesar sólo como prueba de la existencia de su contrario”.
“Ya lo había anticipado el profe de Exorcismo del Vaticano, en una de las primeras escenas: “El objetivo de este curso es ver la posesión demoníaca a través de la lente de la fe”. La película, que parece financiada por la Santa Sede, aspira a lo mismo”.
“Más preocupada por evangelizar que por asustar, El rito confunde la sala con el púlpito, aburriendo al no converso y sin regalar al ateo aunque más no sea un miserable sacudón.”
“Otros cines” (“Show me the Money!”, “crítico” Diego Battle)
“Si a Hopkins le alcanza su estirpe para zafar en las tres o cuatro secuencias que le tocan en suerte (aparece por primera vez a los 25 minutos), lo del resto es insostenible”.
“Este sub-sub-sub El exorcista resulta una película decididamente menor y, por lo tanto, prescindible.”
La Nación (“crítico” Fernando López)
“Los buenos propósitos se desvanecen a medida que la historia avanza y los clichés más transitados se adueñan del relato”.
“La decepción de los que habiéndose tomado el cuento en serio descubran que en el fondo no hay aquí sino lugares comunes.”
“Lo demás es rutina. Quizá más vistosa, pero rutina al fin.”
Clarín (“Encuentros con el diablo”, “crítico” Miguel Frías)
“La película declina en su interés y riesgos, hasta convertirse en un mero pasatiempo previsible. Diablos.”
Tiempo argentino (“Diluído encuentro con el diablo”, “crítico” Santiago garcía)
“La tensión entre el esceptisismo (sic) del joven cura y el veterano exorcista se queda en la superficie y el marco de conflictos personales que el primero tiene no alcanza a comprometer al espectador para sentir una identificación más profunda. Y es justamente esa distancia la que hace que El rito no asuste ni interese realmente, aun cuando, con pícaro ojo comercial se nos diga que está basada en un hecho real.”
Revista Veintitrés (“crítico” Amadeo Lukas)
“Esta película “basada en un hecho real” no aporta nada nuevo dentro de este subgénero, y hasta se podría calificar de innecesaria.”
El Padre Sardá y Salvany cita unos versos referidos al Liberalismo que, “si literalmente podrían ser mejores, no pueden ser, en cambio más verdaderos:
¿Dice que sí? Pues mentira.
¿Dice que no? Pues verdad.
Lo que él llama iniquidad,
Tú como virtud lo mira:
Al que persiga con ira,
Tenle tú por hombre honrado:
Más evita con cuidado
A cualquiera que él alabe;
Si esto haces, cuanto cabe
Ya le tienes estudiado”.
La Prensa canalla, liberal, revolucionaria, coincide en denigrar, despreciar o ignorar a esta película no porque la misma sea aburrida, mediocre o rutinaria, sino precisamente porque, a pesar de no ser una gran película, tiene una gran virtud que la vuelve, a sus ojos irritante: no es un mero pasatiempo pochoclero, ni una película imbécil de horror, ni un espectáculo efectista, ni una discusión culturosa a lo Bergman o Sokurov, sino que es una buena película que habla de la Fe desde la Fe. Porque a pesar de sus defectos, como dice un amigo nuestro, “es una película católica”. Quedan defendidos el Orden Sagrado, la Iglesia, la necesidad de luchar contra el diablo, los viejos exorcistas, etc. Queda refutado el escepticismo, el racionalismo, el hedonismo, la modernidad. Una mirada más teológica tal vez descubra algunos lunares. Pero en general, creo, es un film que confirma en la Fe.” Y así es, y esto es lo que los enemigos de la fe, los imbéciles periodistas incapaces de comprender nada porque no quieren nada que ver con la verdad, los escribas al servicio de la mentira, los opinadores profesionales con diploma y carné de “prensa libre”, no pueden tolerar. Pues bien, la gente –culpa en gran parte de sujetos como ellos- tampoco entiende demasiado, pero al menos con honestidad y sin su malicia ideológica concurre a verla masivamente, haciendo de este film el más taquillero en las últimas semanas. Lo cual significa para ellos la mala noticia de que el cine católico no está muerto.
Publicado por STAT VERITAS en 23:05
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