Visto en Hispanicus
Katyń Año de producción: 2007
País: Polonia
Distribuye en Cine: Karma Films
Duración: 118 min.
Público apropiado: Jóvenes mayores de 14 años
La película, candidata al Oscar a la mejor película extranjera, tiene muchas virtudes. La primera, narrar los hechos esenciales, una auténtica lección de historia, contando al tiempo, con talento, el drama personal de varios personajes; y todo ello sin la inquina habitual en este tipo de filmes, y dando mucha y acertada presencia al punto de vista femenino. A modo de primoroso tapiz, el destino de un oficial, al que su esposa, apelando al futuro de su hija y de ella, pide que abandone el campo donde es prisionero con otros compañeros, sirve de puntada para ver el sufrimiento de estos oficiales prisioneros y sus familiares; y también para revelar el destino fatal de los intelectuales polacos -convocado a la universidad el padre del oficial con otros profesores, se les anuncia su detención y destino a Auschwitz-. Así, con ayuda del diario que mantiene el oficial, y de las acciones de otros personajes que aparecen en escena -la esposa de un general, la hermana de un piloto...-, se construye el apasionante cuadro, vivísimo, pero muy duro, de modo especial en las escenas de ejecuciones, ese no conceder valor alguno a la vida humana.
Se pintan con trazos seguros los terribles remordimientos del superviviente que acepta el nuevo orden comunista, o la llegada de, oh, paradoja, los "nuevos ricos", los sirvientes que ahora van a tener un papel preponderante en el recién instaurado orden social, y para los que el sable del viejo señor, un general, carece de valor. Y no faltan los reproches amargos, incluso dentro del seno familiar de las víctimas. A veces parece que se cargan un poco las tintas, quizá porque domina un deseo de no hacer concesiones a un sentimentalismo facilón, que conduzca a trivializar lo que ocurrió. Aun así, impregna toda la oscura trama la esperanza que para los polacos ha supuesto siempre su fe católica, que les ayuda a sobrellevar los momentos más amargos de sus vidas; ello permite vislumbrar un poco de luz en un cuadro terrible, donde se trata de imponer la ley del silencio, la aceptación de la versión oficial de la matanza de Katyn, que los familiares de las víctimas se resisten a dar por buena.
El film, de conjuntado reparto, ofrece una maravillosa reconstrucción de la época, con muchas escenas rodadas en los lugares reales de Cracovia donde sucedieron. Fotografía, música, dirección artística, exquisitas, se ponen al servicio de una trama de intenso dramatismo, que atrapa las emociones de uno de los muchos capítulos negros de la historia reciente de la humanidad.
Katyń Año de producción: 2007
País: Polonia
Dirección: Andrzej Wajda
Intérpretes: Artur Zmijewski, Maja Ostaszewska, Andrzej Chyra, Danuta Stenka, Jan Englert, Magdalena Cielecka, Agnieszka Glinska
Guión: Andrzej Mularczyk, Wladyslaw Pasikowski, Andrzej WajdaMúsica: Krzysztof Penderecki
Fotografía: Pawel EdelmanDistribuye en Cine: Karma Films
Duración: 118 min.
Público apropiado: Jóvenes mayores de 14 años
Género: Bélico, Drama, Histórico
Contenidos: Acción 1, Amor 2, Lágrimas 3, Risas 0, Sexo 0, Violencia 2 [de 0 a 4]La masacre de 22.000 polacos
a mano de los marxista-leninistas
Como todas las guerras, la Segunda Guerra Mundial fue pródiga en inhumanidad; pero las cotas alcanzadas en esta ocasión fueron ciertamente bestiales, Los pactos de los aliados alrededor de la guerra, han contribuido a tapar acontecimientos horripilantes, como el de la matanza de 22.000 oficiales polacos en Katyn en 1940, de los que fue responsable la Unión Soviética. Este film del veterano Andrzej Wajda -el director polaco, que ya había tratado el tema de la guerra en Kanal o El bosque de los abedules, se involucra en este proyecto de una manera muy personal, pues su padre fue uno de los oficiales polacos asesinados, e incorpora detalles autobiográficos en el aspirante a estudiar Bellas Artes, o en la joven que encarga una lápida para su hermano- contribuye a recuperar la memoria histórica del terrible suceso, del que Stalin trató de ocultar, covarde e inútilmente, el protagonismo soviético, atribuyéndoselo a los nazis. Porque, en efecto, Polonia fue víctima de la pinza nazisoviética durante la conflagración, y ya se sabe que la historia la suelen escribir, a su manera, los vencedores.
La película, candidata al Oscar a la mejor película extranjera, tiene muchas virtudes. La primera, narrar los hechos esenciales, una auténtica lección de historia, contando al tiempo, con talento, el drama personal de varios personajes; y todo ello sin la inquina habitual en este tipo de filmes, y dando mucha y acertada presencia al punto de vista femenino. A modo de primoroso tapiz, el destino de un oficial, al que su esposa, apelando al futuro de su hija y de ella, pide que abandone el campo donde es prisionero con otros compañeros, sirve de puntada para ver el sufrimiento de estos oficiales prisioneros y sus familiares; y también para revelar el destino fatal de los intelectuales polacos -convocado a la universidad el padre del oficial con otros profesores, se les anuncia su detención y destino a Auschwitz-. Así, con ayuda del diario que mantiene el oficial, y de las acciones de otros personajes que aparecen en escena -la esposa de un general, la hermana de un piloto...-, se construye el apasionante cuadro, vivísimo, pero muy duro, de modo especial en las escenas de ejecuciones, ese no conceder valor alguno a la vida humana.
Se pintan con trazos seguros los terribles remordimientos del superviviente que acepta el nuevo orden comunista, o la llegada de, oh, paradoja, los "nuevos ricos", los sirvientes que ahora van a tener un papel preponderante en el recién instaurado orden social, y para los que el sable del viejo señor, un general, carece de valor. Y no faltan los reproches amargos, incluso dentro del seno familiar de las víctimas. A veces parece que se cargan un poco las tintas, quizá porque domina un deseo de no hacer concesiones a un sentimentalismo facilón, que conduzca a trivializar lo que ocurrió. Aun así, impregna toda la oscura trama la esperanza que para los polacos ha supuesto siempre su fe católica, que les ayuda a sobrellevar los momentos más amargos de sus vidas; ello permite vislumbrar un poco de luz en un cuadro terrible, donde se trata de imponer la ley del silencio, la aceptación de la versión oficial de la matanza de Katyn, que los familiares de las víctimas se resisten a dar por buena.
El film, de conjuntado reparto, ofrece una maravillosa reconstrucción de la época, con muchas escenas rodadas en los lugares reales de Cracovia donde sucedieron. Fotografía, música, dirección artística, exquisitas, se ponen al servicio de una trama de intenso dramatismo, que atrapa las emociones de uno de los muchos capítulos negros de la historia reciente de la humanidad.
Carísimo amigo:
ResponderEliminarExcelente el blog e inmejorable el material. No puedo hacer menos que felicitarte y te ruego me disculpes por tardar en colocarte entre los links de mi Blog.
Que Dios te guarde... más gente como tu es la que nos hace falta.
Los links estan deshabilitados, no abren
ResponderEliminarEsto fue verdad sin dudas, pero porque no eres ams objetivo y publicas los pormenores del Holocausto Serbio? Por cierto fue perpetrado por franciscanos y dominicos croatas obviamente fanaticos catolicos, averigua si la iglesia hizo al vista gorda a esto...por cierto no fue asi, sino que fue abiertamente instigadora del genocidio...fue tan impactante incluso mas que el Holocausto judio que claro este si fue falso, pero el holocausto serbio fue real y tan brutal que hizo que Reinhard Heydrich brazo derecho de Hitler expresara que los acontecimientos en Serbia eran horrorosos...."Conversión forzada. La Ustacha prometió a los serbios que se salvarían de la muerte si se convertían al Catolicismo. Miles fueron convertidos, sólo para ser asesinados de todas maneras".
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