8 nov 2010

Efectos del feminismo y la ausencia de caballerosidad en el amor cristiano ...

Por: Nancy Sayuri.

Hace unos días me llegó por mail, a través de una amiga, el resumen de un libro, que al leerlo, me dejó indignada. Me sentí herida como mujer y sentí heridas a mis hermanas mujeres. Pensé en todo el daño que ha hecho el feminismo. Cómo ha hecho que el simple hecho de enamorarse, tan de forma inocente, tal como debe ser; pasase a ser ese ruin juego de seducciones, tan propio del cortejo de animales, tan llenos de la sabiduría mundana y carnal, que nada tiene que ver ni con Dios ni conmigo, ni con mis hermanas católicas…

Comencemos por el título “¿Por qué los hombres aman a las cabronas?

 

cabronasaObserven como lo describe la autora,  Sherry Argov

El título y el contenido se refieren a los que muchas mujeres piensan, pero no dicen.

Toda mujer ha sentido vergüenza por parecer demasiado necesitada ante un hombre.

Toda mujer ha tenido un hombre tras ella, quien en el momento que la consiguió perdió

el interés. Toda mujer sabe lo que se siente que no la tomen en cuenta. Estos problemas

son comunes para la mayoría de las mujeres, casadas y solteras, por igual.

La cabrona de la que hablo no es la “bruja sobre ruedas”, ni un personaje malvado. Ni

tampoco la típica “cabrona de la oficina” odiada por todos en el trabajo.

Es necesario ser un poco irreverente para tener algo de autoestima. No se trata de ser

irreverente con otras personas, sino sobre lo que otras personas piensan. La cabrona es

una mujer poderosa que obtiene una gran fuerza de su capacidad para pensar de forma

independiente, en especial en un mundo que sigue enseñándole a las mujeres a ser

abnegadas. Esta mujer no vive bajo los estándares de nadie más, solo bajo los propios.

Es la mujer que juega con sus propias reglas, que tiene un sentimiento de confianza,

libertad y poder.

¿Pero que esto? ¿A qué le llaman auto estima? ¿A algo basado en un yo egoísta?

  No tengo nada contra  ser independiente. Cualquier ser humano  adulto que sabe usar las dos manos y la inteligencia lo es. Pero….¿Está mal ser abnegada? ¿Acaso no es propio de la mujer cristiana ser precisamente abnegada, ser sacrificada a favor de sus seres queridos?

¿Y que eso de la confianza, la libertad y el poder?

La mujer, con solo ser mujer como Dios la quiere y como Dios la manda, ya tiene poder y confianza. Sobre todo confianza. Porque ella no mira con ojos mundanos, sino que tiene los ojos puestos en el Cielo…

En este libro se critica mucho a la chica “buena”. Hay que  aclarar que ese trata de la chica que actúa con natural  femineidad, ingenuamente. Una chica normal, no influenciada por los vientos azúfreos del feminismo; pero también, que no sabe defender ni su pudor ni su dignidad. De todos modos se burla indirectamente de la chica buena y cristiana también, que actúa sencilla y delicada cuando es cortejada por un caballero. Y no entra en el  juego sucio conocido antiguamente como flirteo y  hoy llamado juegos de seducción…

Principio de atracción #5

Si comienzas siendo dependiente, lo decepcionas. Pero si eres algo que él no puede

tener, obtenerte se vuelve un desafío.

Un hombre siempre va a querer lo que no puede obtener. Cuando un hombre conoce a

una mujer y ésta parece imperturbable, ganar su afecto se vuelve un desafío para él.

O, si él intenta que una mujer actúe con inseguridad, pero ella aguanta con cierto nivel

de dignidad y orgullo, de repente la dinámica cambia. El mismo tipo receloso de las

relaciones se convierte en un creyente. Ahora comienza a fantasear con que la cabrona

cocine para él, doble sus calcetines o lo persiga. Pero si comienzas dependiendo de él,

sencillamente no va a valorarte tanto.

¿Qué es esto? Apenas me atrevo a comentar. Me parece que ambos seres llegan a la bajeza de cosificarse, de  ser un premio para el otro. ¿Y qué es eso de la dependencia?

Por supuesto que aquí se habla de una relación en el plano del mundo. Pero si tuviéramos que pensar en el plano cristiano, la mujer católica no piensa de esta forma. Sabe que deberá seguir a una cabeza, que será su esposo. Y eso no la  hace dependiente, sino interdependiente. Ya que dedicarse a las tareas de hogar, es un rol con el que ayuda  a su esposo, mientras el esposo la ayuda  a ella trabajando.

 

Las diez características de la cabrona:

1. Mantiene su independencia.

2. No lo persigue.

3. Es misteriosa.

4. Lo deja queriendo más.

5. No permite que él la vea pasando un mal rato.

6. Tiene el control de su propio tiempo.

7. Mantiene su sentido del humor.

8. Se siente valiosa.

9. Siente pasión por cosas no relacionadas con él.

10.Trata a su cuerpo como a una máquina bien afinada.

¿Es esto  consciente? Distinto seria si la actitud fuera inconsciente. Pero pensar esto conscientemente es rebajarse en dignidad como mujer.  Es  quitarle la inocencia al amor femenino.

Por qué los hombres PREFIEREN la cabronas

Descifrando el código: lo que toda chica buena necesita saber

La emoción de la cacería

Las mujeres tienen que entender que los hombres adoran la “emoción de la cacería” y

que son muy competitivos. Les gusta correr automóviles, el atletismo y la cacería. Les

gusta arreglar desperfectos, descubrir cosas, la persecución.

El juego del gato y el ratón, que para las mujeres es tan frustrante, para los hombres es

emocionante; y ésta es una diferencia básica entre hombres y mujeres. Para una mujer,

el objetivo suele ser lograr una relación de compromiso, también conocida como puerto

de destino; para el hombre, el viaje por el camino a ese destino suele ser lo más

divertido.

La cabrona sabe que cuando un hombre quiere algo va a ir tras eso, e ir tras ello hace

que lo quiera aún más. Si no tiene éxito desde el primer momento, comienza a desearlo

todavía más, pues esto captura su interés y excita su imaginación. La mujer que es

demasiado buena es como un balde de agua fría en este proceso. Es más probable que

un hombre se aburra cuando no ha tenido que invertir demasiado de sí mismo.

No cito más el libro porque  a cada párrafo se me revuelve el estomago.

Insisto en esto porque  lamentable mente he tenido la oportunidad de conocer  de cerca lo que  piensan muchos hombres que se dicen católicos tradicionales, muchos de ellos neo conversos y que sin embargo; mantienen en su cabeza una postura modernista, propia de los tiempos que nos legaron los años  sesenta en adelante: la liberación de la mujer, el control de la natalidad, el histeriqueo y juego de seducción entre hombre y mujer.

¿Adónde fue la inocencia del amor de un caballero católico y una dama católica? Se dicen católicos pero piensan  como los modernos…

Pero eso no es todo, sino, que al ser “católicos tradicionales” se refugian en la defensa de un machismo mal entendido, olvidándose de comportarse como caballeros.

Y así van por la  vida, rozando casi en la misoginia, en un machismo recalcitrante, en dónde muchas veces se olvidan que están frente a una dama. Y postulan que la mujer debe ser el ornato del  hogar y que debe ser bella, que debe saber cocinar, que debe ser sumisa y callada y hacer todo lo que ellos les diga. Y por otro lado hechan espuma contra las feministas…que en el fondo aman..que en el fondo buscan…por que se sienten fascinados con la imagen que les educaron que deben amar: la mujer independiente, capaz, audaz, competitiva.

Las cosas no son así, señores. La  mujer debe serla compañera del hombre. Tratarla con dignidad y respeto. No es solo un ornato. La mujer está hecha para ser amada, pero en su esencia de mujer. Nada de ser cambiada. Sino tal como es. Emotiva, contenedora, sensible, hogareña, abnegada, amorosa, delicada. Y no ese invento del feminismo, esa cosa que en éste  funesto libro llama “cabrona”.

La mujer  católica tradicional también tiene la culpa en parte, de no saber borrar las funestas consecuencias del feminismo. En el noviazgo se olvidan  de tomar las consideraciones propias de los temas  a tratar durante esa época de prueba. Se enredan también en juegos  más propios del mundo que de católicos, palabras vanas, coqueteos, histeriqueos. Eso no es bueno. No es sano y no es cristiano.

Yo reconozco que este libro, como plan de seducción, andaría bárbaro.

¿Pero de que le serviría a un hombre  obtener una  ”cabrona”? Una mujer que estará más pendiente de su propio ego; que querrá auto realizarse; que limitará su número de hijos ( “porque muchos hijos estorban y mejor ser madre cuando yo quiera”) que será, oh si, bien audaz, pero en beneficio propio y no en común.; que necesitará alimentar  su ego cada tanto con un nuevo emprendimiento, egoístamente, olvidándose de su familia. Oh, y si el esposo no la  apoya  lo suficiente, mejor cambiarlo por  otro.  Porque una mujer así no cree en el matrimonio indisoluble.  Y es que ella no es abnegada, no se sacrifica por los que ama. Primero esta ella antes que los demás.. Porque ella es valiosa, no dejará que nadie le pase por encima. Al contrario, ella pasará por encima de los demás. Y es que para eso ella ha luchado tanto en la liberación femenina, para  ser  igual al hombre, para tener el ego del hombre. Y  hundir su esencia de mujer en lo más profundo de su alma.

Lamentablemente, hay aún muchos señores que dicen buscar a la novia católica tradicional, pero en realidad están buscando  a la mujer de mundo, a la mujer “fuerte y osada”. Y cuando se casan con una “nominada” católica tradicional, luego ven los resultados y vienen las penas, la desconfianza en la Providencia y el control de la natalidad.

En cambio, una mujer que ama a Dios, es una mujer fuerte. Pero fuerte de verdad.

No necesita levantar la voz para hacerse valer. Una novia católica, una esposa cristiana, sabe que necesita un caballero a su lado. Sabe que tendrá que sostener el matrimonio contra viento  y marea, allí donde  se quiebran los sueños y las fantasías y comienzan las realidades. Sabe que necesita un hombre fuerte a su lado, que la respete y la ame en Dios. Que cuando ella este frágil por el embarazo o por llevar a un niño en brazos, haya un brazo viril y amoroso que la acompañe.

Que cuando este enferma  o fatigada, el esposo no le saque en cara no tener la belleza inicial en su cara, aunque  en su alma sea más bella que nunca.

Una mujer católica que jamás consentirá que sus hijos sean criados por otros, sino que educados por ella, crezcan en la fe y en el amor a Dios. Y para ello necesita de la ayuda de  un caballero bien cristiano que le ayude a fundar un hogar y la sostenga. Sabemos que los tiempos actuales están hechos para que el hombre solo pueda mantener a una familia tipo: padre y madre y 2 hijos. Y que a veces ella tendrá que salir a trabajar. Pero que sea por necesidad y no para aumentar el ego o persiguiendo la autorrealización.

Y es que una esposa católica no necesita luchar por su dignidad. La tienen ya al haber obtenido la bendición del matrimonio frente a Dios. Sabe que su esposo se debe a ella y ella a su esposo.

Y que él  la dirige y ella lo secunda, mientras es reina del hogar.

Para terminar, quisiera que los jóvenes de hoy presten a tención a mis palabras: no miren a sus novias con ojos mundanos, mírenlas y elíjanla sabiendo que podrían ser las madres de sus futuros hijos y que más vale elijan bien. Que ella será su compañera y no un juguete que concederá todos sus caprichos. Aménlas con dignidad cristiana. Y ustedes mujeres católicas, elijan bien a su compañero. Que sea digno del nombre de cristiano. Que sea un verdadero caballero de Cristo y que las respete como damas que son, tratándolas con delicadeza y respeto. No eleven la voz más que defender el honor de Cristo y de su Iglesia, sean suaves y delicadas. Guarden su dignidad. Elijan quien sepa dirigirlas hacia Cristo, y caminar juntos en santidad.

No sigan lo que  han sembrado hace más de 40 años. Rompan con esa cadena. Sean inocentes para amar, pero astutos para elegir a quien amar.

Nancy Sayuri.

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2 comentarios:

  1. Anónimo23:54:00

    Muy buen artículo..:)

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  2. Anónimo19:55:00

    hace falta mas de estos temas, felicidades :)

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