Oración a San Miguel (León XIII)
Sancte Michael Archangele,
defende nos in praelio.
Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus, supplices deprecamur.
Tuque princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos,
qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo divina virtute in infernum detrude.
Amen.
Traducción:
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del demonio. Que Dios le reprima, pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, ayudado del poder divino, precipita en el infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que para perdición de las almas, vagan por el mundo. Amén.
Oración compuesta por el Papa León XIII, luego de haber experimentado una visión en la cual se anticipaban terribles tribulaciones. En palabras del mismo Papa : "Vi demonios, oí sus crujidos, sus blasfemias y sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que el podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo."
León XIII mandó rezar esta y otras oraciones después de cada "Missa lecta", las que se conoces como “Las Preces Leoninas”
Preces Leoninas
Oración a San Miguel por la conversión del Mundo
San Miguel Arcángel, Poderoso Príncipe Jefe de los Ejércitos Celestiales, que fuiste el primer humilde de los seres creados, para la mayor gloria de Dios te pedimos intercedas por la conversión del Mundo.
Tú que eres Gran Celador del Honor de Cristo, purifica y presenta nuestro pedido a su Santísima Madre: su palabra es Ley en el Reino de los Cielos. Agradecidos por tu precioso oficio y dignísima intercesión, te saludamos en el Señor.
¿Quién como Dios?
En una aparición a la Sierva de Dios, Antonia d´Astonac, religiosa carmelita de Portugal, hacia el año 1750, el Príncipe de los Ángeles pidió que se compusieran en su honor nueve salutaciones, correspondientes a los Nueve Coros de los Ángeles, las cuales consistirían cada una en la recitación de un Padrenuestro y tres Avemarías.
El 8 de Agosto de 1851, el Papa Pío IX concedió indulgencias a quienes rezasen esta Corona en honor de San Miguel Arcángel. También se creó un rosario especial para la recitación de la Corona que había solicitado el Arcángel.
Oración a San Miguel ( del Ritual Romano)
San Miguel Arcángel, Príncipe gloriosísimo de las milicias celestiales, defensor nuestro en los combates y luchas terribles contra el enemigo infernal. Ven en auxilio de los hombres combatiendo al frente del ejército de los Santos Ángeles en la batalla del Señor, contra el orgulloso Lucifer y sus seguidores.Tú, Príncipe invencible, socorre al pueblo de Dios y llévalo a la victoria. Tú a quien la Santa Iglesia venera como su custodio y patrono y honra de tenerte como escudo defensor contra la maldad del infierno. Tú a quien Dios Todopoderoso te ha confiado las almas para conducirlas hasta la celestial beatitud, ruega por nosotros ante Dios, Señor de la Paz, a fin de el demonio sea humillado y vencido y no pueda tener a los hombres bajo su esclavitud ni dañar a la Santa Iglesia.Ofrece ante el Trono del Altísimo nuestras pleagrias a fin de que la Misericordia Divina descienda sobre nosotros, y que el infernal enemigo jamás pueda seducir ni perder al pueblo cristiano. Amén
Oración tomada del Ritual Romano de Exhorcismo "In Satanam et Angelos apostaticos"
Corona angélica en honor de San Miguel Arcángel
Primera salutación: al primer coro de los ángeles
Por intercesión de San Miguel y del celestial coro de los serafines, el Señor nos haga dignos de ser inflamados en perfecta caridad. Así sea. Padre nuestro y tres Ave Marías.
Segunda salutación: al segundo coro de los ángeles
Por intercesión de San Miguel y del celestial coro de los querubines, dígnese el Señor hacernos la gracia de dejar el camino del pecado, y de andar por el de la perfección cristiana. Así sea. Padre nuestro y tres Ave Marías.
Tercera salutación: al tercer coro de los ángeles
Por intercesión de San Miguel y del celestial coro de los tronos, derrame el Señor en nuestros corazones el espíritu de verdadera y sincera humildad. Así sea. Padre nuestro y tres Ave Marías.
Cuarta salutación: al cuarto coro de los ángeles
Por intercesión de San Miguel y del celestial coro de las dominaciones, denos el Señor la gracia de dominar nuestros sentidos y corregir nuestras malas pasiones. Así sea. Padre nuestro y tres Ave Marías.
Quinta salutación: al quinto coro de los ángeles
Por intercesiòn de San Miguel y del celestial coro de las potestades, dígnese el Señor proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Asì sea. Padre nuestro y tres Ave Marìas.
Sexta salutación: al sexto coro de los ángeles
Por intercesiòn de San Miguel y del celestial coro de las virtudes, no nos deje el Señor caer en la tentación, mas nos libre del mal. Asì sea. Padre nuestro y tres Ave Marìas.
Séptima salutación: al séptimo coro de los ángeles
Por intercesiòn de San Miguel y del celestial coro de los principados, llene el Señor nuestras almas del espíritu de verdadera y sincera obediencia. Asì sea. Padre nuestro y tres Ave Marìas.
Octava salutación: al octavo coro de los ángeles
Por intercesiòn de San Miguel y del celestial coro de los arcángeles, concédanos el Señor el don de la perseverancia en la fe y buenas obras, para poder llegar a poseer la gloria del paraíso. Así sea. Padre nuestro y tres Ave Marìas.
Novena salutaciòn: al noveno coro de los ángeles
Por intercesiòn de San Miguel y del celestial coro de los ángeles, dígnese concedernos el Señor, que ellos nos guarden en esta vida mortal, y nos lleven luego a la gloria eterna de los cielos. Así sea. Padre nuestro y tres Ave Marìas.
Aquí se rezarán cuatro Padre nuestros: el primero a San Miguel, el segundo a San Gabriel, el tercero a San Rafael, y el cuarto al propio ángel de la guarda. Luego se concluye diciendo lo que sigue:
Gloriosísimo príncipe San Miguel, jefe y caudillo de los celestiales ejércitos, depositario de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, servidor de los espíritus rebeldes, servidor de la casa de Dios, y admirable guía nuestro, después de Jesucristo; Vos, cuyo poder y virtud son tan grandes, dignaos librarnos de todo mal a los que recurrimos a Vos con confianza, y haced, con vuestra protección incomparable, que siendo fieles a nuestro Dios, adelantemos en su servicio cada día.
V. Rogad por nosotros bienaventurado protector nuestro San Miguel, príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.
Oración
Omnipotente y eterno Dios, que por un prodigio de bondad y misericordia para la salvación de todos los hombres, escogisteis por príncipe de vuestra Iglesia al glorioso arcángel San Miguel, haced que seamos dignos, como os lo pedimos, de ser librados, con su bondadosa protección, de todos nuestros enemigos, a fin de que ninguno de ellos venga a molestarnos en la muerte, sino que nos sea dado el ser introducidos por él en presencia de vuestra divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Así sea.
(Con las debidas licencias y enriquecida con numerosas indulgencias)
Letanías de San Miguel
Kyrie, eleison. Señor, ten piedad.
Christe, eleison. Cristo, ten piedad.
Kyrie, eleison. Señor, ten piedad.
Christe, audi nos. Cristo, óyenos.
Christe, exaudi nos. Cristo, escúchanos.
Pater de caelis Deus, miserere nobis. Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros.
Fili Redemptor mundi, Deus, miserere nobis. Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Spiritus Sancte, Deus, miserere nobis. Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Sancta Trinitas, unus Deus, miserere nobis. Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Sancta Maria, Regina Angelorum, ora pro nobis. Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
Sancte Michael Archangele, ora pro nobis. San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.
Sancte Michael, sapientiae divinae fons abundans, ora pro nobis. San Miguel, fuente abundante de la sabiduría divina, ruega por nosotros.
Sancte Michael, divini Verbi adorator perfectissime, ora pro nobis. San Miguel, adorador pefectísimo del Verbo Divino, ruega por nosotros.
Sancte Michael, quem gloria et honore Deus coronavit, ora pro nobis. San Miguel, a quien coronó Dios de gloria y honor, ruega por nosotros.
Sancte Michael, caelestis exercitus princeps potentissime, ora pro nobis. San Miguel, príncipe poderosísimo del ejército celestial, ruega por nosotros.
Sancte Michael, Trinitatis sanctissimae signifer, ora pro nobis. San Miguel, portaestandarte de la Santísima Trinidad, ruega por nosotros.
Sancte Michael, paradisi custos, ora pro nobis. San Miguel, guardián del Paraíso, ruega por nosotros.
Sancte Michael, dux et consolator populi Dei, ora pro nobis. San Miguel, caudillo y consolador del pueblo de Dios.
Sancte Michael, splendor et fortitudo militantis Ecclesiae, ora pro nobis. San Miguel, esplendor y fortaleza de la Iglesia militante, ruega por nosotros.
Sancte Michael, confortator purgantis Ecclesiae, ora pro nobis. San Miguel, confortador de la Iglesia purgante, ruega por nosotros.
Sancte Michael, honor et gaudium triumphantis Ecclesiae, ora pro nobis. San Miguel, honor y gozo de la Iglesia triunfante, ruega por nosotros.
Sancte Michael, lumen Angelorum, ora pro nobis. San Miguel, lumbrera de los Ángeles, ruega por nosotros.
Sancte Michael, praesidium orthodoxi populi, ora pro nobis. San Miguel, asilo del pueblo ortodoxo, ruega por nosotros.
Sancte Michael, sub signo Crucis militantium fortitudo, ora pro nobis. San Miguel, fortaleza de los que militan bajo el signo de la Cruz, ruega por nosotros.
Sancte Michael, lux et spes animarum in agone mortis, ora pro nobis. San Miguel, luz y esperanza de las almas que están en agonía, ruega por nosotros.
Sancte Michael, auxilium tutissimum, ora pro nobis. San Miguel, auxilio segurísimo, ruega por nosotros.
Sancte Michael, in adversitatibus nostris adiutorium, ora pro nobis. San Miguel, ayuda en nuestras adversidades, ruega por nosotros.
Sancte Michael, aeternarum sententiarum proclamator, ora pro nobis. San Miguel, proclamador de las sentencias eternas, ruega por nosotros.
Sancte Michael, consolator animarum in purgatorio languentium, ora pro nobis. San Miguel, consolador de las almas del Purgatorio, ruega por nosotros.
Sancte Michael, animas electorum post mortem suscipiens, ora pro nobis. San Miguel, que recibes las almas de los elegidos cuando mueren, ruega por nosotros.
Sancte Michael, princeps noster, ora pro nobis. San Miguel, nuestro príncipe, ruega por nosotros.
Sancte Michael, defensor noster, ora pro nobis. San Miguel, defensor nuestro, ruega por nosotros.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, parce nobis, Domine. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, exaudi nos, Domine. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
V. Ora pro nobis, Sancte Michael Archangele. Ruega por nosotros, San Miguel Arcángel.
R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremus. Domine Iesu Christe, benedictione perpetua sanctifica nos, et concede, per intercessionem sancti Michaelis illam sapientiam quae doceat nos thesaurizare thesaurum in caelis, et pro temporalibus, aeterna bona eligere. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. R. Amen
Oremos. Señor Jesucristo, santifícanos con tu perpetua bendición y concédenos por intercesión de San Miguel aquella sabiduría que nos enseñe a acumular tesoros en el cielo y, en las cosas temporales, elegir los bienes eternos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos, R. Amén.
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