Tomado de: www.arbil.org
por Gonzalo Fernández,
Una herejía que sacudió toda
El presbítero alejandrino Arrio empieza a predicar hacia 320 una teología según la cual sólo Dios Padre es el único Dios y el Hijo es una criatura aunque no como todas las demás sino la más excelente de ellas. Arrio se inscribe dentro de una corriente teológica que se llama el Origenismo extremo o radical que nace en Alejandría durante los siglos I y II. El principal representante del Origenismo había sido en el siglo III el teólogo alejandrino Orígenes quien le da su nombre.
Arrio hace nacer la herejía arriana. El Concilio de Nicea de 325 (el primer Concilio Ecuménico) condena el arrianismo y fija la actual ortodoxia de
Arrio y los anteriores representantes del Origenismo radical
El sistema teológico de Arrio puede calificarse de ecléctico. Por su carácter de origenista extremo Arrio acepta un dualismo Padre - Hijo para adecuar teológica y devocionalmente el papel del Logos en el esquema trinitario entendiendo al Logos como el Hijo de Dios y Cristo al ser
Arrio asume préstamos de tres anteriores origenistas radicales:
1) De Orígenes acepta:
- ver al Logos un ser intermedio entre el Padre y el mundo creado
- el principio de desigualdad entre el Padre y el Logos
- las naturalezas opuestas del Padre como Dios en sentido estricto, no engendrado y Dios Verdadero y del Hijo como ayudante, criatura y el segundo
2) De Dionisio de Alejandría:
- la distinción entre Hacedor referida al Padre y obra respecto al Hijo
- la tesis de que existió un tiempo en el que el Hijo no existía
3) En cuanto a Luciano de Antioquía:
- Arrio se considera discípulo de Luciano con arreglo al epíteto de colucianista que da a Eusebio de Nicomedia quien es el jefe de la escuela luciánica caracterizada por su origenismo extremo y extendida por toda la región sirio-palestina
- El Martirologio de Nicomedia considera santos a Arrio y a Luciano de Antioquía. El Martirologio de Nicomedia es una obra más de la hagiografía arriana de la que se tienen otros ejemplos en
4) De Pierio Arrio asume el rechazo de
Arrio y la filosofía pagana
Arrio recibe influencias del Platonismo Filoniano en su Cosmología y Teodicea, del Estoicismo en
Arrio y el Platonismo Filoniano
Filón es un filósofo alejandrino de etnia y religión judío pero de lengua griega quien vive entre
o Sabiduría de Yahwé no existió. El Demiurgo sería creado por Dios antes del mundo creado (pues Dios crea el mundo mediante el Demiurgo) pero siempre en el tiempo. Estas ideas cristianizadas pasan a Dionisio de Alejandría y luego a Arrio.
A partir del siglo II los cristianos cultos de lengua griega del sector oriental del Imperio (vg. Orígenes y Dionisio en Alejandría, Luciano en Antioquía y la escuela luciánica en Siria y Palestina) dan un paso más y a la ecuación de Filón Demiurgo Platónico = Sabiduría de Yahwé añaden a Cristo entendido como Palabra del Padre hecha hombre (Logos) y establecen la nueva ecuación Demiurgo = Sabiduría de Yahwé = Logos identificado con Cristo.
Arrio asume del Platonismo Filoniano el concepto de la absoluta unicidad y trascendencia de Dios. Arrio acepta
El Espíritu Santo en Arrio
Hasta fecha muy tardía del siglo IV
Arrio y el Estoicismo
El Estoicismo influye en
Arrio y el Peripatetismo
La lógica de Arrio es aristotélica. Indica que Cristo es el único redentor existente pero no el único posible pues Dios pudo crear otro ser tan perfecto como el Logos aunque no más perfecto que Él. Algunos seguidores de Arrio como Asterio el Sofista y Atanasio de Anazarba llegan a decir que Cristo es el único redentor en la práctica pero no en la teoría. Arrio señala que el Hijo no es más que uno entre muchos hermanos y que los hermanos de Cristo (es decir los demás hombres) pueden por sus buenas acciones conseguir de Dios Padre el mismo honor que Dios Padre concedió al Logos.
Arrio adopta de Aristóteles la distinción entre la primera y la segunda ousía. La primera ousía es la esencia o sustancia individual de matiz indivisible. La segunda ousía tiene una idiosincrasia divisibleal tratarse de la esencia común de todos los seres. Arrio defiende que el Padre crea al Logos pues la primera ousía del Logos no puede crear la primera ousía del Padre. Por tanto el Logos no puede ser coeterno al Padre y hubo un tiempo en que el Logos no existía.
La reacción de
Se estructura en los credos que aprueban los concilios de Nicea en 325 y Constantinopla en 381 pues el credo de Constantinopla sirve de complemento al de Nicea de suerte que se le conoce por credo niceno-constantinopolitano.
El credo de Nicea de 325
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas visiobles e invisibles.
Y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, engendrado por el Padre, unigénito, o sea, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, consustancial con el Padre, por quien todo fue hecho, en el cielo y en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos, volverá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Y en el Espíritu Santo.
Y a los que dicen que hubo tiempo en que no existió, que no existió antes de nacer y que comenzó a existir de la nada, y a los que afirman que el Hijo de Dios es de una hipóstasis o sustancia diferente o que está sujeto a alteración o cambio - a éstos
El credo niceno-constantinopolitano (Constantinopla, 381)
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
creador de cielo y tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Y en un solo Señor Jesucristo,
el unigénito Hijo de Dios,
engendrado por el Padre
antes de todos los tiempos,
luz de luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado no creado,
por el que todo fue hecho,
que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajo de los cielos y se encarnó por el Espíritu Santo y María
y por nosotros fue crucificado por sentencio de Poncio Pilato,
y padeció y fue sepultado,
resucitó al tercer día según las Escrituras,
y subió a los cielos,
y está sentado a la derecha del Padre y volverá con gloria a juzgar a los vicos y a los muertos,
y su reino no tendrá fin.
Y en el Espíritu Santo, el Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, que habló por los profetas.
Y en una sola Iglesia santa, católica y apostólica.
Profesamos un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem |
factorem Caeli et terrae |
visibilium omnium et invisibilium. |
Et in unum Dominum Iesum Christum, |
Filium Dei unigenitum, |
qui ex Patre natum ante omnia saecula. |
Deum de Deo, lumen de lumine, |
Deum verum de Deo vero, |
genitum, non factum, consubstantialem Patri: |
per quem omnia facta sunt. |
Qui propter nos homines et propter nostram salutem descendit de caelis. |
Et incarnatus est de Spiritu Sancto |
ex Maria Virgine, et homo factus est. |
Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato, |
passus et sepultus est. |
Et resurrexit tertia die, secundum scripturas. |
Et ascendit in caelum, sedet ad dexteram Patris. |
Et iterum venturus est cum gloria |
iudicare vivos et mortuos, cuius regnit non erit finis. |
Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem, |
qui ex Patre Filioque procedit, |
qui cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur, |
qui locutus est per Prophetas. |
Et Unam, Sanctam, Catholicam et Apostolicam Ecclesiam. |
Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum, |
expecto resurrectionem mortuorum |
et vitam venturi saeculi. Amen |
Gonzalo Fernández,
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