Como cada año, las conferencias se celebran conferencias de la Cuaresma en Notre Dame de París. Las seis de estas conferencias están programadas desde el domingo, 21 febrero al 28 marzo sobre el tema: "El Concilio Vaticano II, una brújula para nuestro tiempo - más de cuarenta años después de lo que pasó con el Concilio?". El Cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París - y Presidente de la Conferencia episcopal de Francia - ha elegido como tema el Concilio Vaticano II como modo de destacar "la perspectiva histórica en que se inscribe, la actualidad y la fuerza de sus documentos fundamentales, el sentido de la reforma litúrgica que está vinculada a la renovación, y permite al ecumenismo y la relación de la Iglesia para el pueblo de Israel y otras religiones ".
Entre los seis conferencistas, observamos al rabino Rivon Krygier. Según la presentación que le hace Zenit, "las declaraciones del Concilio Vaticano II sobre la permanencia de Israel, sobre el ecumenismo, diálogo interreligioso, sobre la libertad civil de la religión son el resultado de un nuevo arraigo y un de una nueva apertura. El reconocimiento de Israel como parte integrante del plan de salvación ha permitido renovar los lazos espirituales de la Iglesia Católica con el pueblo judío después de la Shoa. Este renacimiento es inseparable de la apertura al ecumenismo, encuentros interreligiosos como Asís y el diálogo con el humanismo secular". (*)
Hay una ambigüedad alguna la ausencia de necesidad de que los Judios se conviertan. Sin embargo, leemos en la Declaración conciliar Nostra Aetate:
“Como afirma la Sagrada Escritura, Jerusalén no conoció el tiempo de su visita, gran parte de los Judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión. No obstante, según el Apóstol, los Judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y "le servirán como un solo hombre" (Soph 3,9). [...] Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras”.
Y el cardenal Kasper declaró, acerca de la oración del Viernes Santo: ”La verdadera cuestión objeto de controversia es ésta: ¿los cristianos deben orar por la conversión de los judíos? ¿Puede haber una misión hacia los judíos?
“En la oración reformulada no se encuentra la palabra conversión, pero ella está incluida indirectamente en la invocación que pide que llegue la luz a los judíos para que puedan reconocer a Jesucristo. Más aún, de hecho el Misal de 1962 contiene títulos para las oraciones particulares. El título de la oración por los judíos no se ha modificado, suena igual que antes: "Pro conversione Judæorum", por la conversión de los judíos”.
Más allá de esto, ¿es normal que un no católico viene a predicar un sermón de cuaresma en una catedral? No.
Notas: No hay traducción al castellano de esta nota hecha por Zenit.
Destacados y subrayados en el original francés.
Fuente: Perepiscopus.org
Comentario Druídico: Coincidimos con el autor: Más allá de esto, ¿es normal que un no católico viene a predicar un sermón de cuaresma en una catedral? No.
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